¿Dónde viven las inteligencias artificiales?

¿Dónde viven las inteligencias artificiales?

Si consideramos la Internet, ¿sabría cómo luce físicamente? – tal vez no sea una preocupación recurrente aquella sobre el espacio físico que ocupa la red que soporta nuestro estilo de vida, pero no sobra la consideración.

Resulta ser que lo resplandeciente de los futuros posibles a través del uso de inteligencias artificiales puede correr en satinadas y geométricamente estéticas cajas que soportan los servidores que le dan vida. La Inteligencia Artificial también es cuestión de ‘fierros’ y para todos los fanáticos del hardware este también es un tiempo de reinvención.

Impensable un futuro sin máquinas e igualmente impensables máquinas sin infraestructura que las soporten.

La ciencia de datos es sexy pero no es nada sin un buen trabajo de minería previa

El Harvard Business Review reseñó a la ciencia de datos como ‘La profesión más sexy del siglo‘, pero los significativos y mediáticos avances que genera no son nada en comparación con el arduo proceso de identificación, clasificación y gestión de los profundos lagos de data que inundan a las organizaciones.

El trabajo del científico de datos es mucho de estadística, bastante de negocio y un tanto más de afinada intuición. Sexy el salario y sexys las posibilidades de encontrar soluciones entre las empolvadas carpetas grabadas en discos duros viejos, pero también demasiado complejo cumplir la expectativa de conseguir todo eso por arte de magia y sin la tecnología adecuada y – más importante aún – las personas con las habilidades indicadas para apoyar el proceso.

Los de TI pueden ser el polo a tierra en un mundo que vive en las nubes

Algunos venidos a menos expertos en cajas, cables y cintas están recobrando su lugar en las organizaciones cortesía de las posibilidades que abren el machine learning, el deep learning, la big data y la analítica.

Los datos son valiosos y por ello han de ser resguardados. Tiempo atrás la solución estaba en los servidores locales y hoy no ha cambiado la perspectiva, salvo que ahora hablamos de soluciones híbridas entre la nube y el ‘on-premise‘.

Además, ¿quién mejor que el histórico guardián de los datos para trabajar en llave con el científico y filtrar el nuevo néctar de los negocios?

Una inteligencia artificial para el consumidor y otra para el caso de negocio

Casi siempre pensamos en las IA desde la perspectiva del usuario final y lo bonitas que resultan en apariencia, pero la decisión sobre cómo avanzar en su implementación resulta del caso de negocio, es decir que, así como el ‘software‘ de la IA va aprendiendo y evolucionando al ritmo en que se le entrene, igual sucede con los componentes físicos de la infraestructura TI

¿De qué sirve tener un Fórmula 1 si no se tienen vías pavimentadas?, ¿de qué sirve la mejor tecnología en almacenamiento o procesamiento si no se han construido las bases de datos? Pero no por estar iniciando debemos pensar en pequeño, por el contrario, la apuesta en tecnologías está en proyectar su escalabilidad (además de seguridad y capacidad de integración).

– Por si le quedó sonando, las IA y la Internet pueden vivir en campos de servidores en medio del desierto o tras lujosas fachadas en Manhattan; de pronto hasta las tenemos de vecinas y no nos habíamos dado cuenta.

Adriana Molano
Columnista – Revista Dinero